Estos días en el despacho estamos valorando la construcción de una casa de madera para una nueva clienta. Como cada día intento ser más rigurosa en temas de ecología me he propuesto investigar si es posible que la madera para la construcción sea de procedencia local.
Se trata de una vivienda a las afueras de Barcelona, la clienta nos solicita una casa ecológica de madera de 150 m2 en un terreno a 20 minutos de la ciudad.
Aunque nos encontramos en una fase muy inicial del proyecto, cualquier vivienda de madera puede construirse mediante dos opciones posibles de sistemas constructivos, si necesitamos soportar grandes pesos, bien porque la casa dispone de espacios muy amplios o bien porque tenemos que construir varios pisos, optaremos por una estructura de muros contralaminados o vigas de madera laminada. Por otro lado, si se trata de una vivienda convencional, de una o dos plantas que requiere habitaciones y estancias de medidas normales, podemos optar por un sistema de entramado ligero de vigas macizas de madera situadas aproximadamente cada 1 m o 1,5 m.
Para ser radical a nivel ecológico y de bioconstrucción, la decisión inicial de proyecto será evitar el uso de madera laminada o contralaminada, por un lado, como el proyecto se sitúa en Catalunya, deberíamos trasladarla la madera desde fuera de Cataluña, puesto que por el momento todavía no existen empresas que trabajen con madera de procedencia local grandes estructuras -por lo que sabemos la empresa Fustes Sebastia pretende lanzar pronto un sistema de muros de madera contralaminada de procedencia local-, con el consecuente gasto de CO2 y por otro, al tratarse de una construcción pequeña (150 m2) en el estudio consideramos que es posible solucionarlo a nivel estructural con madera aserrada (maciza) de procedencia local y minimizando la utilización de colas.
Veamos entonces cómo se encuentra el sector de la madera para construcción en Cataluña.
La situación de la madera en Cataluña. La gestión forestal.
Aunque el 67% del territorio de Cataluña está ocupado por bosque – de los cuáles el 80% está en manos privadas-, la industria de la madera tan solo supone 1,3% del volumen de negocio de la industria catalana.
Anualmente se aprovecha menos del 2% del total de madera disponible en bosques y su uso principal es biomasa y construcción de pellets o embalajes.
La madera de los bosques catalanes es en general de crecimiento lento y homogéneo lo que le otorga buenas propiedades resistentes, pero desde que se cerraron las últimas industrias papeleras hace 20 años -que se quedaban con los árboles de peor calidad-, no ha habido gestión eficiente de la silvicultura evitando el rendimiento económico de la madera.
Podríamos decir que la madera de Cataluña está compuesta de árboles pequeños y «arrugados» porque en la mayoría de bosques no se selecciona la madera para su utilización posterior en construcción. Para ello, sería necesario que, como en Finlandia, alguien limpie los bosques de árboles viejos o torcidos dejando paso a árboles nuevos y rectos de los que poder obtener rentabilidad económica.
Otro problema importante en comparación a las industrias madereras del norte de Europa es que el sector de la industria catalana de madera está desagregado y las empresas que lo trabajan son pequeñas y tecnológicamente menos punteras. Para construir una casa de madera en Cataluña tan solo contamos con 2 o 3 empresas grandes que trabajen la madera para construcción y la mayoría de ellas no trabaja con madera local.
Los grandes fabricantes norte-europeos como pueden ser Metsä Wood -antes, Finnforest- producen productos muy estandarizados a precios difíciles de competir y utilizan madera procedente de bosques gestionados por cooperativas de propietarios que se han organizado para gestionar y explotar la madera a través de la mencionada Metsä Wood.
Os dejo un video de ejemplo de estandarización, eficiencia y tecnológica avanzada en la industria finlandesa de madera. En 1 minuto de video se cortan y podan 3 árboles.
El proyecto y los detalles constructivos
El sistema constructivo elegido se adapta a la disponibilidad de madera local, por este motivo se trabajará con un sistema de entramado ligero de vigas de madera maciza de pino o abeto que se secará de forma artificial para obtener una humedad del 15%.
Los datos de la madera:
Procedencia: Bosques de abeto o pino certificados por el PEFC del Pirineo Catalán y Francés
Densidad aproximada de 500-700 kg/m3
Clase resistente C16- C-18 C-20 según diámetro de nudos y alineación de vetas
Aunque haría falta el cálculo estructural, se hace una previsión inicial de secciones. Los pilares verticales serán de una sección aproximada 6×12 o 6×16 (según estándares) que se colocan a una distancia aproximada de 1,2 metros y que se arriostrarán formando «cajas» que se cierran con paneles.
Todo este trabajo inicial se realiza en taller montando módulos para cada una de las paredes que serán transportados a obra una vez incluido el aislamiento térmico en cada una de las cajas. (Una pared mide 2,5 metros de altura, lo mismo que el ancho de un camión).
Los paneles de arriostramiento de la estructura (que formarán los cajones que se rellenan con aislamiento) se construyen habitualmente con paneles OSB, sin embargo como el OSB es un panel de fibras de madera unidas con adhesivos de dudosa toxicidad compuestos por ejemplo de formaldehido, así que dudamos entre si utilizaremos para el revestimiento interior del entramado, un panel de fibras de celulosa y yeso prensado conocido comercialmente por Fermacell que dispone de una menor huella ecológica y con unas prestaciones similares al panel de pladur. Este panel incorpora tratamiento ignífugo y puede ser pintado directamente.
Cada uno de los cajones de la estructura (entre pilares y panel de Fermacell) se rellenará en taller con aislamiento lana de oveja, celulosa insuflada o fibra de madera, todos ellos aislamientos naturales, con el objetivo de conseguir un excelente aislamiento y reducir las pérdidas de energía.
Para la fachada se utilizará el mismo panel pero se selecciona un tipo resistente a la humedad que se cubrirá con una lámina impermeable y al que se le fijarán unos rastreles de pino para formar una capa ventilada sobre la que se colgará una fachada de listones de Alerce (Larix), un tipo de madera que en este caso es de importación, pero que hemos considerado que sería más económica y efectiva ya que se trata de una madera que se puede colocar sin problemas en el exterior puesto que no necesita mantenimiento, siempre que tengamos en cuenta que va a ir quedando oscurecida con el tiempo.
Los forjados se solucionaran mediante vigas y paneles tri-laminados en la cara inferior. El panel trilaminado es un panel que está compuesto por laminas alistonadas de madera de pino local que son encoladas y contra-orientadas consiguiendo una elevada rigidez. El forjado también se aísla con lana de oveja y se cubrirá con listones de pino.
Por último, la cubierta se diseñará inclinada, para evitar patologías debidas al agua y la estructura se solucionará con el mismo sistema de forjado rematado una lámina impermeable y acabado con paneles metálicos al cuál eventualmente se pueden fijar paneles solares.
Casa de madera Passivhaus
Un último apunte en cuanto a energía, se pretende que la vivienda sea certificada Passivhaus por lo que se aislará lo suficiente para evitar pérdidas de energía, se trabajará el diseño de cerramientos para aprovechar las ganancias solares en invierno y la protección en verano y se instalará un sistema de recuperación de aire. Se controlan los detalles constructivos para evitar puentes térmicos y se utilizan cerramientos de alta eficiencia.

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